24 may. 2006

La Joda Tóxica



Las mujeres normalmente inyectan dosis de joda que fluctúan entre niveles inocuos (¿"Otra vez vamos a salir con tus amigos?") y dañinos ("Si tanto prefieres a tu mamá, ¡¡¡entonces acuéstate con ella!!!"), pero prácticamente siempre se encuentra presente (ver post "Jodes, Luego Existes"). El nivel de joda puede medirse casi tan precisamente como cualquier tipo de contaminación, el detalle es que sólo lo pueden medir nuestros amigos, nunca nuestra marinovia por más que le expliquemos cómo hasta el cansancio.

Hablando sobre un problema uno puede llegar a acuerdos, pero luego de las disculpas la sensación de fastidio, si aún no ha llegado a intoxicar el organismo, en el mejor de los casos puede arreglarse con una sesión de sexo animal y sin palabras a modo de paliativo. Otro es el caso de cuando la joda llega a un nivel tóxico en uno:

La mujer que jode en exceso deja de ser atractiva para su pareja, incluso sexualmente.

Si bien el físico importa, una esposa o marinovia que jode tanto que llega a ser considerada detestable no nos izará la bandera espontáneamente por más que sea calentona, preciosa de cara y que tenga un cuerpazo, y si se tienen relaciones "por cumplir", será por pocos minutos y sin importarle la marinovia.

Como comentó Herr Hauptmann en nuestro post anterior, ahorita estamos con el mal generalizado de que todo el mundo (léase: todas las amigas de tu marinovia) se está casando, pero cuando tengamos entre 38 y 50 años comenzará el mal generalizado, de que todo el mundo (léase: todos nuestros amigos) estárá con la fiebre por la segunda esposa 20 años menor y con todo 20cm más arriba que la anterior. No se engañen, el cambio de esposa en la gran mayoría de casos no es realmente por un tema físico, es por toda la joda acumulada en forma de toxinas, igual que el acumulamiento del colesterol. Cuando la esposa no jode demasiado, cuando realmente quieres quedarte con ella, una sacada de vuelta (si se da) es por algo físico. Un cambio de esposa es por un tema de salud mental, de instinto de supervivencia, sazonado como es evidente, con fresca conchudez al gusto.
Cualquier cosa en exceso, mata.
Adiós.
Imagen: www.ciwmb.ca.gov

16 may. 2006

¿Son Almendras? No, Es Cianuro.


Hay cosas que uno nota y que muchas veces hacen que uno se dé cuenta de que "ya no pasa nada" con su marinovia:

Es cuando empiezas a hacer huevadas.

Miras con otros ojos a cuanta mujer se te cruza, empiezas a hacer ejercicios de nuevo, sales con otras chicas a escondidas, empiezas a conversar por teléfono con ellas y hasta desempolvas "esa" listita confidencial que se guarda en la caja fuerte de la casa de tu mejor amigo, etc. No estoy a favor de las sacadas de vuelta, pero la verdad es esa.
He aquí otros síntomas:
Tú la quieres, ella te ama.
Ella te aburre, tú le pareces divertido.
Es la relación más conflictiva que has tenido, es la más maravillosa que ella ha tenido.
No la soportas, ella siente que eres el único que la comprende.
Te das cuenta de que se le está cayendo el poto, para ella estás más simpático que nunca.
No sabes cómo zafarte, y ella quiere casarse contigo.

¡¡¡Bieeeeeeeeeeen!!!

Más de una vez he estado con una chica y no he sabido cómo terminar con ella. Pueden llamarlo falta de huevos (de lo que más de una lectora seguramente me acusará), ganas, voluntad o ánimo, flojera... en fin. Como más les guste. El punto es que varias veces he seguido con mis marinovias luego decirles que la relación no iba para más -incluso un par de meses- sin darme cuenta ni tener idea de qué estaba haciendo todavía en la relación, y seguía saliendo con ellas prácticamente por inercia mientras seguía postergando el inevitable desenlace.

Lo peor de cuando la relación te importa tan poco que ya ni te joden las majaderías de tu marinovia, es que para tu círculo social, aparentemente son la pareja más feliz del planeta y motivo de envidia de tooooodos los que los conocen. Ante esto, nunca falta un tarado que primero pregunta:

"¿Hace cuánto tiempo están juntos?"

Y luego de responder que ya llevan X años, viene la pregunta que lo(a) asciende a recontraestúpido(a):

"¿Y cuándo se casan?"

Se apaga la música, toda la gente se calla y para la oreja.

Puta madre.

Es OBVIO que si una pareja tiene una relación larga y todavía no hay anillo de compromiso, ¡¡¡¡HABLAR DE MATRIMONIO EN PÚBLICO ES UN TEMA INCÓMODO!!!! Prefiero que me pregunten cuántas veces por semana tiran mis viejos antes que me salgan con esa pregunta frente a mi marinovia. Tú respondes:

"Eeeeeee... jeje... noooo, todavía."

Listo. Se vuelve a prender la música, y ahora todos tienen tema de conversación.

Imagen: www.antiquebottletrader.com

9 may. 2006

Para Alto Calibre: Calibrar


El otro día me encontré hablando con un amigo sobre sus cuitas del género femenino. El hombre tenía varios puntos con los cuales estoy seguro muchos nos podemos identificar, sea en el pasado o en el presente. Y es probable que los varones sepan a qué me refiero: Me acerco a hablarle y se da media vuelta; estoy hablando con ella y viene su amiga y la jala del brazo para ‘ir a bailar’; me da su teléfono pero no contesta ni devuelve mis llamadas; me dice que me quiere, pero ahorita “necesita tiempo”, etc. Algo que viene a mi mente es, ¿en qué momento nuestras propias percepciones nos previenen de alcanzar algo con una chica que nos gusta?

Pasa a veces. Nuestra propia visión o falta de visión, el acondicionamiento social al cual hemos estados sujetos por años, las cosas que Hollywood y las telenovelas nos dicen que son reales… muchas veces no nos guían en el camino correcto. Un amigo una vez me reveló algo muy interesante sobre el uso de una pistola (tema interesante, ya que mi única experiencia con armas es aquella que veo a través de la televisión). Me dijo:

“No importa qué tan buen arma sea, igual, al principio necesitas medir qué tanto varía el tiro del sitio al que apuntas, necesitas 'calibrar' el disparo.”

Interesante concepto. Más aún que cualquier artefacto, las personas poseemos características que nos hacen individuos únicos, por tanto, cualquier interacción debe estar basada no en conceptos previos, sino en la respuesta que la persona nos da. Para poder comunicarnos efectivamente (en especial con las mujeres), es necesario “calibrar”. A través de estas líneas quiero mostrar cómo calibrar puede hacer de las interacciones hombre-mujer algo más divertido y eficiente, sea cual sea tu propósito.

Muchos creen que es cuestión de tener un “plan de batalla” a la hora de salir a conocer chicas; por mi parte, creo que tener cierto mapa que guíe la interacción es conveniente al empezar. Aquellos que se encuentran quizás por primera vez en un bar o discoteca, acercándose a grupos de chicas, pueden pasarla muy mal,

y pueden terminar con ideas falsas como “las mujeres quieren un pata con plata/carro/etc.”

Una buena forma de iniciar y guiar la conversación viene muy conveniente en esos casos. Pero ¿qué pasa si el procedimiento estándar se vuelve un vehículo para que el chico se cierre a las respuestas a su alrededor? ¿Alguna vez te ha pasado que te encuentras con alguien, o conoces a alguien en una fiesta, y la persona empieza a hablar y hablar y hablar sin darte opción a decir nada?

Es como que la persona tiene una agenda en mente: comunicar su punto, sin darte opción a interactuar, o sin considerar siquiera si el tema es de tu interés.

Algunos llaman a esas personas Robots Sociales.

En cambio, qué diferencia, si un momento antes de acercarte a una desconocida notas su lenguaje corporal, ¿está con cara de pocos amigos y los brazos cruzados, o sonriendo y hablando con sus amigas? Les dices algo y te contestan, ¿te siguen la corriente, o te responden con un monosílabo y te dan la espalda?

Calibrar puede salvarte unos buenos quince minutos de querer extraer agua de una piedra.

De igual manera, luego de que la conversación está más avanzada, pasa por tu mente la idea de querer hablar con esta chica en otro momento.

¿Pedir o no pedir el teléfono?

Píensalo, ¿está la chica mostrando señales de interés, como para que si le pides su teléfono te lo dé sin titubeos? Si la llamas por teléfono, ¿se acuerda de ti y se alegra de oír tu voz, o se toma cinco minutos para acordarse de quién diablos eres? Calibrar en estos casos puede evitarnos el comprometernos a pasar tiempo con una chica que no tiene mayor interés en nosotros; quizás hasta puede evitarnos pasar una mala velada, o hasta que nos dejen plantados (aquellos que interactúan con mujeres nuevas frecuentemente han sido plantados o recibido números de teléfono falsos más de una vez, por lo general por no calibrar correctamente).

Nota: muchas mujeres no tienen reparo en aceptar invitaciones y/o regalos materiales de hombres por quienes no sienten mayor interés romántico, por ende la importancia de calibrar a la mujer.

Siempre le digo a mis amigos que existe una gran diferencia entre parlotear una historia sobre tu vida/trabajo a una mujer, y hacer que poco a poco su curiosidad aumente a tal punto que sea ella quien se muere por que le cuentes más sobre ti; entre hablarle dos minutos sobre el clima y pedirle su teléfono, y hacerla reír y pasar un buen rato por media hora, hasta el punto en que ella quiera verte otro día; entre agarrar a una chica y plantarle un beso, y hacer que poco a poco, mientras la engatusas con tus palabras, sea ella quien está anticipando ese primer beso.

Calibrar sus respuestas basadas en aquello que hacemos y decimos es una buena forma de aprender a ‘decir y hacer lo correcto en el momento correcto.’

Como toda habilidad, el calibrar las respuestas de una mujer es algo que mejora con la práctica, a medida que agudizamos nuestros sentidos y ganamos más experiencia.

Imagen: Wikipedia.org

2 may. 2006

Con Otros y Contigo

Compartiré una pequeña experiencia que sé que algunos en cierta forma la deben haber pasado, así que, a ponerse la camiseta masculina y recordar.

"¿Sabes? Sé que el problema soy yo, la verdad es que quiero conocer gente nueva, salir con otros... pero en el fondo, sé que quiero terminar mis días contigo..."

El día que escuché semejante barbaridad de mi ex pareja, (traducción: me aburrí o se me metió el capricho de conocer al pata cuero, pero imbécil, del salón de clases, pero es sólo el momento, tú eres el firme) pude -además de querer explotar y querer volverme gay para que Humala me fusile 50 veces- en cierta manera, abrir los ojos a una perspectiva nueva:

Las mujeres son de otro planeta o sufren de
alguna eterna alteración mental.

Me costó, sufrí. Pateaba perros en la calle, hasta lloré... pero entendí que hay ciertos momentos, en los cuales uno suele maldecir hasta el cansancio, donde una chica simplemente no se detendrá hasta CAGARLA. Lo peor fue que el día que la vi con su "amigo", el cual ella estaba "conociendo", resultó ser el ente más despreciable que un hombre puede esperar de uno de sus congéneres: FEO y FLORO MONSE. Con lo cual, mi visión de aquella persona con la cual había pasado años de mi vida, de alegrías y tristezas, riqueza y hambruna, guerras y paz, se iba, literalmente, por el W.C., y con doble jalada de cadena, por si quedaban rastros...

Comprendí luego que para que eso llegara a suceder, también tuve, inconscientemente, que poner mis granos de arena. Así que, luego de mucho meditar, pude al fin conocerme más a mí mismo, y cambiar algunas cosas que en el momento no entendía que estaban mal (cumplir todos sus caprichos por más estúpidos e hilarantes que fueran, del tipo

Hoy quiero comer carne argentina término medio, y si no es eso, estaré "molesta" todo el día.

Claro que mientras yo decía:

Está bien, amor.

Lo que pensaba era:

Puta madre, espero que después, a la hora de la
hora, no tengas dolor de cabeza y te duermas.

Pero ella... ella... sigue igual.

Resumen actual: No hay nada como tener muchas, muchas amigas, salir con ellas, tomar cervezas, divertirse, pensar que todo puede cambiar y no tomar nada MUY en serio... mientras mi ex sigue de vez en cuando pensando en mí, y hasta ahora, no encuentra a nadie a quien realmente quiera, y que realmente la quiera...

figura original en:

http://happy.online.sh.cn/pucca/image/garu.jpg