31 ene. 2006

En Busca De La Mujer Ideal



Este post no es del mismo estilo que los demás que tenemos hasta ahora, pero creo que los hombres podemos aprender mucho de este texto que me llegó por Internet, para no caer en los mismos errores...

Cuando cumplí 14 años, esperaba algún día tener una novia. A los 16 tuve una novia, pero no había pasión. Entonces decidí que necesitaba una mujer apasionada y con ganas de vivir.

En la universidad salí con una mujer apasionada, pero era demasiado emocional. Todo era terrible, era la reina de los dramas, lloraba todo el tiempo y amenazaba con suicidarse. Entonces decidí que necesitaba una mujer estable.

Cuando tuve 25 años encontré una mujer muy estable, pero aburrida. Era totalmente predecible y nunca la excitaba nada. La vida se hizo tan monótona que decidí que necesitaba una mujer más emocionante.

A los 30 encontré una mujer excitante, pero no pude seguir su ritmo. Iba de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacía cosas impetuosas y coqueteaba con cualquiera que se le cruzara. Me hizo tan miserable como feliz. De entrada fue divertido y energizante, pero sin futuro. Entonces decidí buscar una mujer con alguna ambición.

Cuando llegué a los 36, encontré una chica inteligente, ambiciosa y con los pies sobre la tierra. Decidí casarme. Era tan ambiciosa que me pidió el divorcio y se quedó con la mitad de lo que yo tenía.

Ahora, después de los 40, me gustan las mujeres con tetas grandes, buen culo..., y punto.

¡¡¡¡Por fin maduré!!!!

Atentos, marinovios...

Remitente: Ricardo Maldonado Malreuri

26 ene. 2006

Un Verano Para Tres


Remontándome a mis años mozos, hace casi 10 años terminó un enamoramiento algo largo del cual salí herido. No es que sea el galán del barrio ni mucho menos, pero dicen que cada quien tiene sus 5 minutos de fama. Después de terminada esa relación. habían dos chicas menores que yo a quienes, por esas coincidencias de la vida, Mosto Verde les gustaba, y entraron a un tipo de competencia en la que yo resultaba ser el premio. De esto me enteré gracias a que una buena amiga me lo contó. Al principio me molestó un poco, muy poco, casi nada... bueno, en realidad me gustó ser el premio y pensé en quedarme como observador y estudiar el comportamiento de las féminas en disputa.

Como todos estábamos en esa época en el mismo círculo de amigos, disfruté mucho verlas competir entre ellas. Me ofrecían servirme tragos en las reuniones, en las parrilladas me traían carne, y las dos me invitaban a salir los fines de semana. Después de esas salidas, las cosas se pusieron más serias. Comenzaron los cariñitos, los abracitos apretones, las incursiones a lugares oscuritos para besarnos, así como también unos buenos apretones y caminatas nocturnas en la playa con toalla incluida. Lo más gracioso de esto es que cada vez que pasaba algo, me pedían por favor que no comentara esto a su competencia, aún creían que yo no sabía cuál era su travieso juego.

Las cosas llegaron a pequeñas cosas mayores donde la ropa ya no estaba incluida. La situación se volvió cada vez más complicada, ya que me aislé y vivía esa pequeña burbuja de hacer creer a las chicas en una relación exclusiva. Pero como toda racha de buena suerte, esta también tenía que terminar. Cierto día una de ellas me dijo:

"Mosto, si salimos como enamorados y hacemos cosas de enamorados... ¿Por qué no lo somos?"

Pasaron dos o tres dias y sucedió lo mismo con la otra chica. La diversión terminó y la angustia comenzó. Con cada salida ellas se querían exponer más al público como mis enamoradas y yo, por supuesto, necesitaba la mayor discreción posible o mi burbuja se reventaría. La buena amiga que me advirtió del juego me llamó y me dijo:

-Mosto, ¡sal de tu casa! ¡¡¡Las dos ya lo saben y van para allá!!!"
-¡¡¡¿¿¿Cómo???!!!
-Sí, estábamos en mi casa, y la número 1 le comentó a la número 2: "Lástima que perdiste, Mosto Verde está a punto de declararse." Ante esto, la número 2 le respondió: "Mentirosa, ayer estuve con él en mi casa." Ambas se quedaron calladas, y dijeron al unísono:

"Este Mosto pendejo... "¡¡¡Lo voy a matar!!!"

y partieron ambas rumbo a tu casa. ¡¡¡Sal de allí!!!

Colgué el teléfono y salí de mi casa como si el diablo me persiguiese. Pensé en qué hacer, pero nada se me ocurría. Sonó mi celular, llamaban de mi casa. Era mi madre, y me dijo que dos amigas me estaban esperando. Tenía que llegar al toque a solucionar el problema, pero la compañía eléctrica me había cortado el flujo y el foco de mi cerebro no se prendía. Le daba vueltas al asunto y no se me ocurría nada. Al llegar a la casa, ellas me dijeron:

"Así que, señor Verde, ¡¡¡ha estado jugando con nosotras poniendo en peligro nuestra amistad y bla bla bla!!!"

Una de ellas dijo:

"Ok, esto no está bien, pero bueno...

¿con cuál de nosotras te vas a quedar?"

De pronto por fin se me prendió el foco. Sonreí, me recosté tranquilamente en el sillón y les respondí:

"Con la que considere que ganó la apuesta."

Al darse cuenta de que yo sabía de la apuesta, simplemente se quedaron calladas sin poder reclamarme nada más y se fueron. Hasta ahora ellas dos siguen siendo amigas, y yo terminé estando con la amiga que me pasó el dato.

Fui por lana... y salí con tres chompas. Qué lindo.

Imagen: Cindy D.

25 ene. 2006

Días de Juerga: Tiempos Aquellos...

Hace algunos días estaba recordando con añoranza las grandes noches de exceso que tuve hace muy pocos años.

Y es que, estando con marinovia actualmente, pasé de andar "de pirata" divirtiéndome como loco con mis amigos y amigas a un status un tanto más tranquilo, puesto que mi marinovia actual tiene sólidos valores y un alto sentido de la responsabilidad, cosa que de cierta manera comparto con ella.

Sin embargo, ¿acaso no recuerdan con especial cariño aquellas veces en que uno estaba en la casa de una "amiga" y todos bebían "cuba libre" (u otro trago de su elección) a mansalva hasta quedar bien sazonados hablando sonseras? ¿O aquellas veces que se iban en mancha a la disco a pasarla bien y al final terminaba todo con "broche de oro"? ¿O ir a la playa y beber unos tragos afuera del auto con la música que te vacila a todo volumen? ¿O aquellos campamentos en que todo podía suceder?


El Juergón


¿No les ha pasado por la cabeza, recordando aquellas vivencias en querer hacerlas otra vez?

A mi sí, y es más, me gustaría que mi marinovia me acompañase en aquellas aventuras. Si bien es cierto que todo tiene un límite y disfrutar de la vida no siempre es juerguear hasta que tu organismo reviente, no estaría nada mal revivir parte de eso, sin embargo la cosa se complica un poco cuando tienes una marinovia demasiado responsable con los pies tan firmemente puestos sobre la tierra como el Empire State.

¿La casita de la familia Ingalls?Simplemente no le gusta, no puede, o le parece irresponsable, etcétera, etcétera, etcétera. Y es ahí cuando uno se acerca peligrosamente a ser la antítesis de lo que era antes, un poco más y cambias tu fabuloso auto deportivo por una SUV Volvo, tu depa o la casa de tus padres por una casita con techo a dos aguas y hermosas cercas de madera pintadas de blanco, hasta cambiar a tu Dobermann por un Cocker Spaniel. ¡Ah! y la juerga máxima es ir al cine o jugar 'Risk' y 'Monopoly' con tus vecinos.


Normalmente si uno no está preparado para semejante cambio, y ve con horror el panorama descrito en el párrafo anterior, puede suceder lo siguiente:


    1. Conviertas a tu marinovia al lado oscuro mencionándole que no todo es trabajo y cenitas y que finalmente salgan a juerguear como locos los fines de semana.
    2. Que "saques los pies del plato" y fingiendo un dolor estomacal, te vayas a juerguear por ahí, con los riesgos que ello implica (en mi caso, la ciudad de Lima es un pañuelo).
    3. Que dejes a la marinovia por una "party girl" (no muy recomendable, a
      venir en un artículo próximo) o los amigos que te quedan y aún no se han ido al extranjero -o casado, que al final es lo mismo- , con el riesgo de que tus padres de deshereden por haberle roto el corazón a aquella simpatiquísima chica con quien estabas y veían como firme candidata matrimonial.

La opción ideal ("correcta") es la primera, no hay duda. Sin embargo, la otra parte también tiene que poner de la suya para que esto se concrete.

¿Y qué hay si no quiere?

Y puede suceder que la marinovia prefiera quedarse en casa mientras uno termina aplastándose mientras ve al gato rondar por ahí...

La segunda opción es que si te gusta el riesgo y sales, al final el cruel destino te pasa la factura, cuando justamente la chismosa tía de tu marinovia te vio en tu carro, lleno de amigas y amigos con chelas en la mano, y con el subwoofer que emitía una onda sónica tal, que haría escuchar al más sordo. Entonces el desastre sólo es cuestión de horas...

Finalmente la tercera opción es algo no recomendable, al menos en esos términos, definitivamente.

Por mi parte estoy tomando la primera opción.

¿Qué sucederá?

No se pierdan el próximo capítulo.

Imágenes: www.bs-elmshorn.de y WCI Communities

20 ene. 2006

Citas a Ciegas


A diferencia de algunos años atrás, las citas a ciegas se están haciendo mucho más populares hoy en día, sobretodo ahora que tenemos la facilidad del Internet, el cual es de gran ayuda para muchos, pero también ha sido el promotor de numerosos chascos, en los cuales muchos se lanzaron a la piscina sólo para darse de cara contra la cruel realidad:

No era ninguna piscina, sino algo más parecido a una fosa común, donde el cadáver -con unos cuatro días de podrido- los estaba esperando con los brazos abiertos.

¿Cómo reaccionar cuando uno, al llegar al teatro de los acontecimientos, se encuentra con la mismísima Momia Juanita, en vivo y en directo? ¡Muy fácil! dirán algunos; simplemente te sigues de largo, pisando el acelerador hasta hacer un hueco en la suela si vas en carro, o simplemente haciéndote el desentendido si estamos en modalidad de peatón, silbando a manera de hacerse el loco, y mirando al cielo con tanta intensidad que la imagen se nos queda grabada en la retina por dos semanas.

Pero hay una situación que es peor, mi estimado lector, y es, precisamente, cuando la susodicha está buenísima pero su personalidad es tan insoportable como un camión cisterna, y sus opiniones o puntos de vista son tan devastadores que son capaces de hacer caer las murallas de Jericó.

El problema de esta situación en particular, es que nos damos cuenta tarde, cuando ya nos encontramos embarcados en una pesadilla para nuestros sentidos, tales como escaldaduras al tímpano y correr el riesgo de terminar con el cerebro hecho una sopa de meninges.

¿Qué hacer entonces?

Muchos tratadistas recomiendan la Opción de Eructo como una solución infalible, -obteniendo fantásticos resultados si en el almuerzo hubo chorizo con lentejas- pero esto desprestigia nuestra imagen dejándonos como corral de patos, y en mi modesta opinión es un poco extremista. Declarar que uno puede imitar a las ranas de manera asombrosa, e iniciar un repugnante concierto de regüeldos, tampoco nos ayudará a quedar mejor, pues si bien el resultado es el esperado, (porque de que se manda mudar la tipa, de todas maneras sucede) lo más probable es que el numerito que le hicimos dé la vuelta al mundo –porque esta ciudad es un pañuelo- y no nos quede un amigo en cien kilómetros a la redonda.

Otra opción, -más diplomática por cierto- es fingir una conversación por celular, de preferencia a los cinco minutos de haber llegado a algún local o restaurante (para así evitarnos el pagar cualquier cosa), y decir que tenemos “una urgencia impostergable” y deshacernos en disculpas mientras ensayamos nuestra mejor cara de hipócrita. El único riesgo que se corre con esta modalidad es que al vernos el celular (que no le habíamos dicho que teníamos) nos pida nuestro número. En este caso la educación aconseja proceder a darle un número falso, de preferencia con un dígito de más, para generar una mayor confusión.

Una alternativa que también tiene bastante porcentaje de acierto, es la que consiste en aburrir a la víctima, -aunque las verdaderas víctimas seamos nosotros- conversándole de los Transformers, los G.I. Joe, de lo espectacular de la batalla de Gokú y Freezer, o qué sé yo, tantos temas que hay por ahí, para proyectar una imagen de no haber tenido infancia.

La única verdadera opción, que no dejará ningún resquicio al azar, en la cual nos divertiremos como chanchos y GRATIS sin pasar por incómodas situaciones ni engorrosas explicaciones, consiste en dejar que la niña se divierta, que baile, que pida lo que le dé la gana, –es más, que pida los tragos más caros- y sin escatimar en gastos. Luego de un prudente lapso de tiempo, nos levantamos de la mesa, y le decimos discretamente que nos espere “cinco minutos”, pues nos hemos olvidado los cigarrillos en el carro.

Lo que sigue no es muy difícil de adivinar. Una vez que hemos llegado a casa y cómodamente instalados en nuestra cama, con un Mc. Donald’s, o un Sanguchón entre los dientes, todavía tenemos temática en la imaginación para rato, como por ejemplo, tratar de resolver el engima de cómo habrá hecho para pagar la cuenta, o para regresarse a su casa cuando sabíamos que no tenía ni un centavo encima. Aunque está de más decir que la jugada no fue muy honrosa que digamos, no podemos dejar de reconocer que es bastante hilarante, y no hay nada mejor para la salud que la risa y el buen humor, sobre todo a la hora de dormir.

Total, Mujeres sobran y sangronas hay por todos lados (ver post "Calentando Huevos Antes De Pisarlos... ¡¡¡O Freírlos!!!"), así que no está mal sacarle algo de provecho a la situación.


Imagen: www.inmagine.com

19 ene. 2006

Breve Reflexión

Marinovias y Marinovios Peruanos:

El Perú está en crisis, es probable que tome el poder un ex-militar apellidado Humala que antes de tener asesoramiento decía de corazón y bilis ("Matar a los políticos", "Crear una economía nacionalista", "Equidad social") lo cual en estos tiempos es inviable.

Creo que no debemos apoyar a personas que atenten contra la vida, el empleo privado e inversiones y el esfuerzo personal por conseguir una vida mejor. Ojalá que el próximo gobernante del Perú gobierne bajo los principios del bien común.

Pensemos y votemos teniendo conocimiento de lo que nos espera.

Discúlpenme por poner un tema de opinión de este tipo en este BLOG pero creo que era necesario por el bien de nuestro país.

17 ene. 2006

Amorcito, ¿Vamos A Un Restaurant? Reloaded


Primero, los preparativos: El día viernes, salir a correr temprano por la mañana, luego tomar un poco de agua y un jugo, ir a trabajar, almuerzo una ensalada pequeña, luego la tradicional siesta de los viernes por la tarde, y finalmente esperar la llamada de mi marinovia, ya que tenía un almuerzo con sus amigas de la oficina. Me llamó como a las 5 pm. Le recordé sobre la cena que teníamos planeada y le pedí que luego de la cena me acompañara a una tienda para comprar unas camisas frescas que necesitaba para la oficina, (para que ella, como toda mujer a la que le gustan las compras, lleve dinero para comprarse el polito o la blusita de toda moda para verse y sentirse espectacular). Me duché tranquilamente, e hice tiempo hasta las 7pm, hora a la que ella me recogería ya que yo aún no tenía espejos en mi carro (ver post "Ah, ¿Ya Cobraste? Vamos A Un Restaurant, Pues...") Pasó por mí y como a las 7:10pm nos dirigimos al local. Fue donde empezó lo bueno.

Le dije:

"Mira, hay un espacio aquí. ¿Por qué no estacionamos?"

Cuando estaba a punto de girar el volante recordó mis espejos, así que gastó como un galón de gasolina dando vueltas hasta encontrar una playa de estacionamiento. Cuando encontramos una, tuvimos que esperar muchísimo tiempo ya que ésta estaba llena de autos. Por el calor, lógicamente le dije:

"Prende el aire, que por si no te acuerdas, acá me robaron."

Jejeje, más gasto. Entramos al restaurant, el mesero nos reconoció y nos mandó una anfitriona para que nos lleve al bar. Al momento se acercó y me dijo:

"Señor Mosto Verde, qué alegría tenerlo por acá nuevamente. ¿La mesa de siempre?"

Para qué, esos detalles ya no me horrorizaron ya que esa noche al menos la cena no correría por mi cuenta. La verdad amigos, es que vi a mi marinovia tan bella que casi le digo nuevamente:

"Amorcito, yo invito."

pero una punzada en la nalga derecha (mi billetera) me hizo entrar en razón. Me pedí una cerveza ya que ella sí se pidió el famoso cocktail con chirimoyas chinas. Eso se llama remordimiento de conciencia. Esperamos unos cuantos minutos y el camarero nos llevó a la mesa.

Pedí un rico pedazo de carne, nada que sonara espectacular. Ella pidió un plato raro recomendado por el chef. Vino, uno no muy costoso. Comimos y la pasamos maravilloso, pero yo estaba inquieto por el siguiente momento. Ella me dijo:

"Pide la cuenta."

Yo la pedí, y cuando el pingüino la trajo, le dije:

"Gracias, amorcito."

Y le pasé la cuenta sin verla. Ella me dijo:

"Para ti lo que quieras, mi Rey."

Abrió la cuenta, dio una rápida mirada y agarró la cartera. Sacó su tarjeta y la puso en la finísimo portatarjetas de cuero de algún animal extinto. Al llegar el voucher me preguntó:

"Amorcito, ¿usualmente cuánto se da de propina?"

Yo le respondí que el 10% ó 15% si se sintió bien atendida. Ella miró su cartera con una carita que me dio pena y no aguanté mas. Le pregunté si quería que yo pagara la propina, pues tenía un poco de sencillo. Ella respondió:

"No te preocupes."

Y se quedó calladita. Firmó el voucher y se paró para salir. Yo le dije:

"Pero amor, ¿por qué tan rápido? ¡Disfruta el lugar, mujer!"

Ella esperó 5 min sentada y me dijo:

"Amor, en realidad me olvidé unas cosas en casa, necesito ir cuanto antes."

Al final salimos del lugar, pagué el estacionamiento y le pregunté:

"¿Ahora sí nos vamos de compras, mi vida?"

Ella respondió:

"Amor, ¿y si hoy nos quedamos en casa? Sé que tienes unas cervezas, y van a pasar una linda pelicula por cable."

Una vez en mi casa, ella se fue relajando poco a poco con las cervezas. En eso le pregunté:

"¿Amorcito, una pizzita a medias?"

Ella respondió que no tenía hambre, y luego aceptó que tampoco dinero. Luego empezaron las quejas de los precios del restaurant, a lo que yo le dije:

"No te preocupes, a mí me pasó la semana pasada. Cuando te toque la siguiente quincena todo estará bien."

Ella me miró con sus grandes ojos y me pidió que la disculpara, y me dijo que a partir de ahora sería más consciente. Se acomodó en mi pecho y se quedó profundamente dormida.

Imagen: Photo.Spotlight

16 ene. 2006

Las Cirróticas De Tus Amigas



Nuestras marinovias también salen con sus amigas, y también toman alcohol. No contentas con eso, salen con las amigas que tienen y que no tienen marinovio en el mismo grupo. Las que no tienen marinovio son

las agitadoras.

Estas mujeres son una pésima influencia para nuestras marinovias cuando salen entre mujeres, porque son las que plantean retos, las que aparecen ante el resto del grupo como las "divertidas", las que la pasan mejor. Cuando entre tragos le comentas a un hombre que tiene marinovia la idea de acercarse a una chica preciosa y lograr que pase algo con ella, se muere de risa y fanfarronea diciendo algo como:

Si no tuviera marinovia la haría de tooooodas maneeeeras, y estoy tan, pero tan seguro, que ni siquiera necesito intentarlo.

Toda la mesa se ríe, gritan "¡salud!" y cambia el tema. Cuando entre mujeres a una le preguntan lo mismo, puede fanfarronear o quedarse calladita si quiere mantener una imagen de cucufata, dependiendo de su personalidad, se ríe, y normalmente la idea se le queda en la cabeza. Luego, cuando siguen tomando alcohol, comienzan los problemas y pueden llegar hasta a sacarle la vuelta al marinovio en su cara (ver post: "Sorry, Amor ¡Estaba Huasca!"). Es tan obvio y conocido el peligro que corren las mujeres que estando borrachas pueden ser violadas saliendo encinta o siendo contagiadas con tantas enfermedades, que ni siquiera escribiremos sobre ello.
Estadísticamente, si en un local público como un pub o una discoteca hay un hombre solo o entre amigos hombres y tiene unos tragos de más, hay mujeres que se le acercarían, pero muuuuy pocas. Por otro lado, si en un local público hay una chica con unos tragos de más, TODOS los hombres que la tengan en su rango de visión van a estar mirándola. No importa que hayan ido con su propia marinovia, igual van a mirarla discretamente

y TODOS los buitres que hayan ido al local sin pareja estarán al acecho durante toda la noche esperando el momento ideal para "meter letra".

Así, con un poco de suerte, tendrán unas buenas horas de sexo desenfrenado.

Los hombres tenemos un radar muy sensible para detectar mujeres borrachas, aunque no es muy difícil distinguirlas, porque empiezan a bailar más desinhibidamente y sonríen todo el tiempo. Ante esa primera señal, comenzamos a observarlas más detenidamente. Tan pronto notamos cierta pérdida de equilibrio o tal vez una palabra dicha con la lengua trabada, hacemos el trabajo de inteligencia antes de atacar el objetivo:



1. ¿Está rica? Sí - Check!
2. ¿Vino con marinovio? No - Check!
3. ¿Sus amigas están igual de borrachas que ella? Sí - Check!
4. ¿Ningún otro buitre está en camino al mismo objetivo? No - Check!

Luego de realizada esta breve verificación, nos colocamos en posición de ataque y esperamos a que sus amigas bajen la guardia.

El resto de la historia, depende de la pericia del individuo.


En conclusión, muchachas, los borrachos de nuestros amigos son más inofensivos que las borrachas de sus amigas, así que la próxima vez que pretendan intentar "prohibir" a sus marinovios que salgan a tomar unas cervezas con ellos, primero busquen la autoridad moral que perdieron en algún bar, pub o discoteca en medio de una borrachera cuya existencia jamás admitieron.
Como dice el viejo y conocido refrán: El ladrón cree que todos son de su condición.

Con razón no quieren dejar que salgamos a chupar con nuestros amigos.



Imágenes: Best Funny Pictures.

14 ene. 2006

¡No Quiero Que Salgas Con Los Borrachos De Tus Amigos!


Los hombres tomamos alcohol en grandes cantidades, nos gusta salir a chupar con nuestros amigos. Nos morimos de risa, nos jodemos entre todos, nos peleamos, gritamos a una sola voz:

¡¡¡Salud!!!

y todo está arreglado. Somos simples, y pasar tiempo con nuestros amigos nos aleja de la locura porque entre amigos podemos conversar de cosas que no le podemos decir a nuestras marinovias. Podemos quejarnos, gritar, decir lo que nos provocaría decirles sin hacerles daño. Muestra de esa necesidad de catarsis colectiva es la existencia de El Marinovio y de la gran acogida que ha tenido.

Mis amigos son unos borrachos. Sí, y estoy orgulloso de todos y cada uno de ellos. Chupamos hasta perder el conocimiento, y nos reímos durante meses de las cojudeces que hizo cada uno o que le hicieron a uno



y que alguno de nosotros recuerda por algún momento de lucidez en medio de las lagunas alcohólicas, más conocidas por estos lares como "saltos del disco". Los hombres deberíamos tener un himno masculino en respuesta a esta clásica frase de las mujeres:

"¡¡¡No me da la gana de que salgas con esa tira de borrachos!!!"

A varios marinovios seguramente les han soltado una frase complementaria a la anterior muy similar a esta:

"¡¡¡Seguro se van a ir a un night club y me vas a sacar la vuelta con una sidosa!!!"

Pueden haber hablado sólo de las sacadas de vuelta, o sólo del night club... en fin. Hay tantas variaciones a estas frases como mujeres existen.



Muy probablemente, parte del himno en respuesta incluiría en el coro:

"¿¿¿Y qué hay de las cirróticas de tus amigas???"

La pésima influencia de las amigas alcohólicas solteras de nuestras marinovias será tratado en mi próximo post. Los hombres que quieren sacarle la vuelta a su marinovia normalmente no lo hacen cuando salen a chupar en grupo con sus amigos. Pueden contar que lo han hecho, pero no lo hacen frente a ellos. Esa es una idea preconcebida de las mujeres que no es cierta, al menos en mi experiencia.

Cerraremos este post con una de las grandes verdades que todos los hombres tenemos siempre en la punta de la lengua, pero que no podemos decirla a nuestras marinovias sin ganarnos un lío de tooooodas maneras:

Las marinovias pasan, los borrachos de nuestros amigos, quedan.





Imágenes: Best Funny Pictures, Wikipedia

12 ene. 2006

Lo Que Nosotros Admiramos Y... No Tanto - 1er Capítulo (¡Atención, Marinovias!)

Arrrrrrrrrr!Un pasito pacá/un pasito pallá/uno palante y uno patrás/llegó el marinovio/el marinovioooo... Y yaaaaaaaa, permítanme presentarme: Me llamo Toñito, un nuevo integrante para el staff marinovial, lo cual me complace porque tengo mucho qué decir sobre las mujeres, y claro está, dándoles el valor que se merecen. Por cierto, tengo el orgullo de decir que soy fiel (ya viene mi post "Cómo ser fiel y no pecar en el intento") y por ello conservo mi firma, y no uso nick pues no tengo nada qué ocultar. Pero... ¡vamos! Sucede también que los hombres somos mal vistos por lo general por ellas y ante una pregunta sobre nosotros, las mismas contestan:

(voces femeninas:)-SONNN UNOS PEN-DE-JOOOOS!!

Y surge entonces una voz en off masculina :


-TAMPOCO, TAMPOCO, ¿AHHH?

Por eso y mucho más estoy aquí para demostrar que los hombres valiosos sí existen. Entonces, basta de rollo y volvamos al tema, no sin antes ejecutar un par de actos de rigor:

1- Himno nacional de los marinovios
2- ¡Tomen asiento, por favor!

¡¡Listo!! El tema a tratar es sobre lo que nosotros los hombres admiramos en una mujer y lo que no tanto. Bien, ante eso, las mujeres sin habernos consultado afirman lo que muchas creen que más admiramos de ellas: (música de suspenso, por favor)

-¡¡¡¡LAS TETAS Y EL POTO!!!!

Grave error... ¿¿¿¿¿Nosotros podríamos decir también que nos miran el zapato y el bolsillo?????Por favor, pero por favoooor, tengan paciencia y sigan leyendo. Nosotros por lo general admiramos 2 aspectos: EL FISICO Y EL INTERIOR. Eso varía de acuerdo a la madurez de cada quien, su formación o la intención del sujeto sea el cargo o profesión que ocupe, por ejemplo,

el carpintero te quiere clavar, el arquitecto quiere llenar techo, el economista
busca tu inflación, etc.

¿Y por dónde empezamos entonces? De acuerdo, para compensar el tiempo invertido de las mujeres en peluquerías, gimnasios, regímenes alimenticios y otras aficiones, vamos a empezar por lo que ellas se preocupan más: (música de suspenso, por favor)

¡¡EL FÍSICO!!

Bien, en ese sentido vamos a mencionar en lo que en mi humilde percepción se clasifica el aspecto físico:

RECURSOS NATURALES RENOVABLES Y NO RENOVABLES.

En este capítulo trataremos sobre los llamados R. Renovables (que depende del tipo de spa, peluquería u otras salas de tortura) que son los siguientes:

-Uñas de las manos
-Uñas de los pies
-Cabello
-Cejas
-Dientes

Luego están otros recursos que no deberían renovarse, o al menos aniquilarse:

-Bigotes (si es que tienen)
-Pelos en las axilas
-Pelos en las piernas
(Ver post: "Mujeres Peludas")

Bien, los primeros 5 recursos son muy apreciados por nosotros los hombres, en mayor o menor grado según cómo sea el tipo, por lo tanto tenemos derecho a hacerles saber a las marinovias sobre las cosas que nos disgustarían en ese sentido y algunas sugerencias, sin ánimos de enfadarlas (por favor, marinovias, esperen que publique mi próximo post sobre el INTERIOR antes de emitir opiniones sobre este pechito, porque los conceptos descritos no necesariamente son personales); claro está, trataré de agregarle su dosis de humor para que no se sientan ofendidas las marinovias que nos están leyendo: (sonido de tambores, por favor!)

-Las uñitas de las manos, bien deberían ser cortaditas y limaditas, y si desean las pinten bonito, pero ni se les ocurra pintar diseños tipo manto de Paracas. Por otro lado, naaaa de uñas mordidas (para eso están los postres, marinovia), claro, claro, también hay postizas, pero ni pensar en esas tipo "halcón en ayunas".

Bien, si alguien se ha sentido aludida, no se preocupen, ahí les digo en versión ternura, o sea prácticamente lo que diría a mi amorcito, quien felizmente no me dio motivo para decirlo:(música romántica,por favor)

"Amor,cuando te vuelva a crecer esa uñita, prométeme que te comprarás un chicle, ¿yap?"


-Que las uñitas de los pies, estén cortadiiiitas, limadiiiitas, igualitiititiiiitas (ver post "La Uña De La Gran Bestia"), y claro, ¡píntenlas a gusto! Versión ternura:

"Amor mío, ¿¿qué te pasó en esa uñita tan linda que tenías??"

-Que las axilas,estén libres de vellosidades, para eso existen máquinas de afeitar para piel sensible, a precio cómodo!!! Versión ternura:

"Amoor...no te muevas...eso q veo es una arañita? No te muevas....yo la mato, ¿yap?"


-¡¡¡¡Que las cejas no se parezcan al Arco de Tacna!!!! Por favor, si no saben dibujar, para qué se depilan esa zona? Necesitamos disfrutar sus emociones y no hay nada como las cejas. Versión ternura:

"Amorcito...y tus cejitas óndestan??"


-Que los dientes sean bonitos, pero si son como las de la chilindrina, hummm... bueno, en este caso, yo no puedo decir mucho, porque yo estuve con una ex que tenía un diente roto. Pero vamos, tiene solución, ¿no?

-¡Que al menos, esos bigotitos no se hagan notar! Versión ternura:

"Amooor, ese bigotito... ¿no era de leche?"

-Que la peluquería no sea atendida por algún gay... Noooo, ¡no es porque no tenga algo en contra de ellos! Sucede que a veces ellos quieren con nosotros y malogran sus peinados... ¡¡a propósito!! Versión ternura:

"Amooor... te acompaño a denunciar esa peluquería... ohhh, pobechiita, mi amooor!!!"


MORALEJA : LOS RECURSOS NATURALES RENOVABLES CONTRIBUYEN AL BIENESTAR DE QUIENES LOS POSEEN SIEMPRE QUE SEAN BIEN UTILIZADOS.

Y yaaaaa, el próximo capítulo trataremos sobreeee (¡música de suspenso, por favor!) ¡¡Los Recursos Naturales No Renovables!! (suelen depender del cirujano) y vamos que vamos, vaaaamos con el marinovio, arrrrrrrrrrrrrrrrr! y me despido bajo una melodía de Laura Pausini: "...Víveme sin más vergüenza/aunque esté el mundo en contra/...deja la apariencia /y toma el sentido /...y siente lo que siento... llevo dentro".

Saludosh, arrrrrrrrr!!!

9 ene. 2006

Culpable Hasta Que Se Demuestre Lo Contrario


La historia se ubica en el día de cumple-años del autor de estas líneas. Aquí se comprueba que uno puede haber sido raptado, arrastrado al tártaro, ser tomado como rehén; y aún así, seguirá teniendo la culpa de todo.

Una tranquila noche de bar, con los amigos más cercanos, en la mano derecha una cerveza con menta, en la izquierda, la cintura de la marinovia
(la cual había aceptado tal título después de dos años de incansable persistencia).

Risas, bromas, felicitaciones, besos, en fin... ¿Qué más se podía pedir? Era una noche digna de recordar, cuando de pronto, como salido de la imaginación de Stephen King, las luces se apagan, una brisa fría se cuela, y de pronto, en la puerta, aparece... MI EX.
(¿¿¿Quién joraca la invitó??? ¿Hubo una fuga de información?)

En ese momento el tiempo se congeló, fue una de esas escenas en las que el sudor le corre a uno por la frente. Es obvio que ella vio a mi nueva marinovia.

FLASHBACK: Cuando la actual marinovia dio inequívocas señales de que aceptaría, el ingenuo y enamoradísimo autor corrió a cortar cualquier lazo que lo atara a "la" Ex, para ir sin pérdida de tiempo, pero con mucha dignidad, a lanzarse a los brazos de su nueva y anhelada marinovia.

En ese momento, sólo quedaba una solución:

Echar mano de la diplomacia.

Recibir su afectuosísimo saludo pensando:

No mires su revelador escote, no lo mires, no lo... ya lo miraste, ahora
finge que no lo has visto. (Ver post "
¿Le Estás Mirando Las Tetas A Mi Amiga?")

Caballerosamente la acompañé a sentarse en un lugar seguro para todos, de preferencia junto a mi hermano, hombre de confianza y brazo derecho del autor.

Una vez restablecida la paz (tan estable como en Kosovo) la noche continuó sin problemas, con uno que otro imperceptible incidente (descaradas y empaladoras miradas de la Ex lanzadas al autor y a su marinovia, respectivamente) que no llegaron a mayores. De pronto, el marinovio nota que por cada chopp que la mayoría toma, la Ex toma 3. No hay que ser Peter Parker para percibir el peligro que se avecina.

De pronto, la Ex sale al baño (al fin, un momento de paz para uno). En eso, un SMS (mensaje de texto) llega al celular del marinovio. Obviamente es la Ex:

"Por favor, ¿puedes venir un momento? Es importante."

En eso, entra la duda, sobre qué hacer. Seguramente tendrá alguna emergencia, simplemente querrá zanjar las cosas, o pedir que no se rompa la amistad. Bien pues, al toro por las astas, pero por si acaso,

había que preparar una ruta de escape, un plan de contingencia y un salvocunducto.

Afuera, la Ex espera, con una mirada tan decidida con la de un berserker... Después de una brevísima charla trivial, el marinovio baja la cabeza para encender un cigarrillo (cuidando, no mires su revelador escote, no lo mires, no lo... ya lo miraste, ahora finge que no lo has visto otra vez), pero al levantar la cabeza, se da cuenta del alud de estrógeno, escote, y alcohol que se le lanza encima.

S.O.S, MAYDAY, HOUSTON TENEMOS UN PROBLEMA, PIERDO ALTURA, PIERDO ALTURA...

La Ex está decidida a arrancarle un beso o más, allí msmo, a tan solo una pared de distancia de la marinovia. Afortunadamente, el aterrado marinovio pudo reaccionar e ingerir su píldora de cianuro... digo, llegar al celular, mandando así el mensaje que ya tenía preparado y a un botón de ser enviado:

SOLICITO REFUERZOS, NECESITO APOYO PARA LA EXTRACCIÓN

En menos de un minuto llegó la caballería. Con el aire más despreocupado, llega el hermano, demostrando una vez más por qué es el hombre de confianza y brazo derecho del autor; alegando que la gente pregunta por ellos, que por qué no entran.

Ya con el alma devuelta al cuerpo nuevamente, y las garras de la Ex fuera de su persona, el autor regresa, pero en eso, una astuta maniobra de su hermano lo detiene.

"Mejor entra tú después, para que no parezca tan evidente."

Sabia jugada. Al rato, todo pasa tranquilo, cuando llega la invitación para ir a otro lado para continuar la celebración. Sí, al fin, pero... de forma clandestina, de modo que sólo unos pocos allegados lo sepan. Aprovechando la aversión de una de las damas hacia otro de los invitados, ésta finge ir al baño, pero en realidad, prepara la huída. Esperando con el auto encendido a una cuadra, espera a que uno a uno salgan de territorio hostil.

Pero allí no termina todo. Era obvio que la marinovia se percató de que algo pasaba, y recurriendo a los femeninos métodos de interrogatorio que tanto se han estudiado, exige saber qué sucedió. Bien, el marinovio, confiado y tranquilo de haber salido sano y salvo de tan terrible predicamento, y saisfecho de haber pasado esa prueba de fidelidad, le explica a grandes rasgos los terribles momentos que tuvo que pasar en aras de matener sólido el amor que los unía...

!!!NO, ESTUPIDO!!! ¡¡¡NUNCA SE LE DICE LA VERDAD A LA MARINOVIA ACERCA DE ESTOS CASOS!!!

En lugar de la orgullosa aprobación y acaramelada felicitación de la marinovia por haber soportado estoicamente a la peligrosa comehombres, el autor se topa con una cara tan larga como el meridiano de Greenwich...
¡Claro, tú que vas a buscarla!
¡Sí, ¿cómo no?!
¡Bastante te creo que eres inocente!
¿¿¿Tú crees que soy estúpida???
¡¡¡Si vi cómo le mirabas el escote!!!
Fueron algunas de los trozos de leña con los que el marinovio era quemado en la hogera.

Las horas, el cambio de aires y de compañía, las artísticamente trabajadas explicaciones y autoflagelación del marinovio, lograron que las aguas se calmasen.

Como las horas pasaban, y se hizo tan tarde que ya era temprano, y la casa de la marinovia quedaba lejos, el autor sugirió que se quedaran en su casa hasta que llegara una hora más accesible para movilizarse. Ella acepta (Excelente, se avecina la reconciliación). Una vez en casa, cómodamente echados, las manos y labios del marinovio entraron en acción consiguiendo lo imposible:

La amnistía.

Pero en eso, cuando estaba a punto de ser firmada.... LA EX ENVIA UN SMS...

Todo el trabajo a la basura. La marinovia rompe las relaciones diplomáticas. En eso, la única solución posible (no, no la capsula de cianuro) era enviar una respuesta, un ultimátum, una advertencia a la Ex, informándole del amor que unía al autor con su amada, de la inquebrantable relación que mantienen, y diciendo que no se acerque ni moleste más (claro, todo esto editado y revisado por la marinovia).

Sólo después de enviado el mensaje, y de mucho trabajo dramático, el marinovio consigue el perdón.

¿Es acaso exageración o realmente las mujeres son incapaces de colocar las palabras “hombre” e “inocente” en la misma frase?

7 ene. 2006

Amorcito, No Me Jodas



¿Cuántas veces habré querido decir esas cuatro palabritas? Lo malo es que si se las suelto a mi marinovia, se pone a llorar y automáticamente me gana la discusión (ver post "Si Ellas Lloran, Es Nuestra Culpa"). Pocas veces he mandado a la rec#%$/& de su madre a alguna de mis marinovias, y fue cuando ya no pude más. Por eso, cuando empieza a joder, le hago el pare y refuto lo que me diga tranquilo y sin gritar, así siempre termina dándome la razón y pidiéndome disculpas, porque

si le contesto proporcionalmente a cómo me está hablando (gritando), la pelea termina siendo sobre cómo le contesté.

Parece que las mujeres necesitan joder de vez en cuando para sentirse equilibradas, debe ser a lo que llaman "histeria".

"¡No hagas esto! ¡No hagas el otro! ¡No quiero ir! ¡¿Cómo se te ocurre decirme eso?! ¡No fumes! ¡No tomes tanto! ¡Esa tipa (tu fea mejor amiga) siempre se te tira encima, es una perra! "

¿Les sonó conocido?

5 ene. 2006

Ah, ¿Ya Cobraste? Vamos A Un Restaurant, Pues...


Uno está feliz de la vida con el sueldo en la mano, y la marinovia al enterarse de esto te dice:

"Amorcito, ya que no salimos hace mucho, hoy llévame a comer, pues."

Uno piensa:

"Bueno, ¿por qué no hacerlo? Total, ¿cuánto dinero puede costar eso?"

Mi marinovia me guió por las calles de la ciudad con el dedo. C
uando me dijo dónde estacionar, miré a la derecha y vi cuatro BMW, luego miré a la izquierda y ví tres Mercedes Benz y dos Audi A6, así que le pregunté:

"Amor, no veo seguridad para dejar el auto. ¿Hay un parqueo vigilado o algo así?"

Ella respondió:

"Ay amorcito, ¿quién te va a robaaaaar?"

Con desconfianza dejé el coche y caminé a la puerta del restaurante, entré y se notaba que era un lugar fino.

Caminábamos hacia la mesa cuando se nos acercó una persona. Nos saludó y escuché:

"Mi nombre es Perencejo, bienvenidos a Tralalá donde la especialidad es el asalto a mano armada."

Luego preguntó:

"¿Los acompañará alguien más, caballero?"

Respondí que no.

"¿Desea alguna mesa en particular?"

Pedí una en un lugar tranquilo donde no se perdiera el ambiente, y nos dijo que en cinco minutos nuestra mesa estaría lista.

Nos sentamos en la barra y el barman se acercó a mi marinovia y le preguntó:

"¿Sabías que aquí preparamos el mejor martini de la ciudad? ¿De qué te gusta?"

Ella respondió que el de manzana. Se lo preparó antes de darme cuenta, y ella comentó:

"Riquisimo, ¡gracias!"

Pensé:

"¿Qué gracias? ¡Si eso lo vamos a pagar!"

Cuando el trago estaba a punto de terminarse, me preguntó si deseaba uno igual. Respondí que no.

"¿Desea algo para tomar?"

Saqué números rápidamente y pedí agua. C
uando ella estaba a punto de terminar su trago, el barman le preguntó

"¿Te gustó?"

Mi marinovia respondió:

"Sí, estuvo buenisimo."

Ppero el bien entrenado barman le dijo:

"Y eso que no has probado el de chirimoya china. ¿Te lo preparo al instante?"

Ella asintió con la cabeza. D
e repente, el pingüino vino y nos dijo que nuestra mesa estaba lista, agarró el trago de mi marinovia y lo dejó encima de la mesita.
Para qué, el lugar encantador, el lugar perfecto. Era como un pequeño altillo con una vista muy bonita y no muy alejada. El mesero recomendó varios platos al traer la carta. Yo lo primero que busqué era la lista de precios pero no la encontré. Ella pidió no sé qué plato y yo una ensalada. El mesero recomendó por los vinos según el tipo de comida, y cuando pedí dos copas de vino de la casa, el respondió:

"Lo siento, señor. Aquí sólo vendemos botellas."

La cena estuvo fabulosa, realmente, pero el momento de terror fue el de la cuenta. US$10 cada copita de martini y la cuenta de la comida y la botella de vino era un sueldo mínimo, que en Perú es de US$150.

A la salida, completamente mortificado por la cuenta, le faltaban los dos espejos laterales al carro.

"¡Maldición!"

dije. Mi marinovia se sintió recontra mal por haberme dicho que no robaban, pero si se enteraba de la cuenta, se ponía a llorar.

El siguiente fin de semana fuimos a la casa de unos amigos, y ella comentó la comida maravillosa del fin de semana anterior pero recomendó dejar el auto en una playa de estacionamiento o ir en taxi.

Cuando mi amigo me preguntó el costo del restaurant, yo simplemente le dije:

"La cuenta está en dólares."

El se rió, y le dijo a su mujer qu se fuera olvidando del tema. Mi marinovia volteó y me dijo:

"¿Vamos el siguiente fin de semana?"

Mi amigo esbozó una sonrisa y yo respondí:

"Claro, pero ahora ¿qué te parece si tú me invitas?"

Ella accedió, y mi amigo simplemente se metió al baño a cagarse de risa.


Próximamente vendrá la segunda parte, cuando ella pague la cuenta...


Imagen: Oslo Foodie