Queridos hermanos, en el mundo existen muchos misterios que se mantienen sin resolver. Por ello tenemos a hombres que han dedicado su vida a resolverlos. Desde la "Suma Teológica" de Santo Tomás de Aquino, hasta "The Universe in a Nutshell" de Stephen Hawkins, la vida está llena de misterios y preguntas que aún no encuentran respuesta.
Hace algunos años, leía "Qué es la metafísica" de Heidegger, y en este libro, para explicarla, hacía la pregunta: ¿Qué es la nada? Bueno, hermanos míos, responder esta pregunta es fácil, muy fácil, demasiado fácil en comparación con la pregunta que nuestras marinovias, hijas de Lilith, nos pueden hacer de un momento a otro, y que va más o menos así: (pero no lo digan demasiado fuerte, porque es la clave para abrir las puertas del infierno...)
Hermanos míos, escribo esto después de levitar orando en un trance de más de media hora, ante el horror de esta pregunta. Porque he aquí que el que tenga entendimiento, sepa que no hay forma correcta de responderla:

Bueno hermanos míos, ninguna de estas respuestas evitará realmente el problema. A esta pregunta siempre sobreviene el caos y el rechinar de dientes... nuestros dientes claro está.
Arrepentíos hermanos, y serán perdonados. Más vale hincarse los oídos con agujas en penitencia que sufrir las penas que no mentir ante esta pregunta conlleva.
Arrepentíos ahora.
Es palabra del Predicador.
Amén.
Hace algunos años, leía "Qué es la metafísica" de Heidegger, y en este libro, para explicarla, hacía la pregunta: ¿Qué es la nada? Bueno, hermanos míos, responder esta pregunta es fácil, muy fácil, demasiado fácil en comparación con la pregunta que nuestras marinovias, hijas de Lilith, nos pueden hacer de un momento a otro, y que va más o menos así: (pero no lo digan demasiado fuerte, porque es la clave para abrir las puertas del infierno...)
¿ESTOY GORDA?
Hermanos míos, escribo esto después de levitar orando en un trance de más de media hora, ante el horror de esta pregunta. Porque he aquí que el que tenga entendimiento, sepa que no hay forma correcta de responderla:
Con sinceridad pura: Sí mi amor, la verdad es que sí estás gorda, fácil unos 15 kilos de más.
Con sinceridad temerosa: Sí, amor. Algunos kilitos, quizás...
Con sinceridad mas sobonería: Sí mi amor, pero a mí me gustas así.
Con sarcasmo: No amor, son tu ropa y el universo los que se han achicado.
Evasiva de abogado: Depende de lo que quieras decir por gorda.
Totalmente evasivo: ¡Qué frío que hace hoy! ¿No?
Mentira blanca: No mi amor, debe ser la ropa que engaña la vista.
Mentira conchuda: No mi amor, estás perfecta, silueta, para comerte. (Algunos incluso recurren a un grrrr o alguna otra mariconada, con tal de distraer del tema).
Mentira rápida: No.

Bueno hermanos míos, ninguna de estas respuestas evitará realmente el problema. A esta pregunta siempre sobreviene el caos y el rechinar de dientes... nuestros dientes claro está.
Arrepentíos hermanos, y serán perdonados. Más vale hincarse los oídos con agujas en penitencia que sufrir las penas que no mentir ante esta pregunta conlleva.
Arrepentíos ahora.
Es palabra del Predicador.
Amén.
Imagen: http://www.targetofopportunity.com