11 dic. 2005

Fidelidad Por Castración Fílmica


No encuentro mejor manera de describir el trastorno que generó en mí ver la película "Atracción Fatal", cuyos protagonistas fueron Michael Douglas y Glenn Close. En FilmAffinity encontramos la siguiente sinopsis para refrescar la memoria de nuestros lectores:

Dan Gallagher lleva una vida perfecta: una esposa maravillosa, un hijo, un buen
trabajo. En una fiesta conoce a Alex, una atractiva mujer que le seduce. Para
Dan es sólo una aventura ocasional, pero cuando comunica a Alex que lo de ellos
se tiene que acabar, ella se niega a ser rechazada y comienza a acosar a Dan,
mostrando una obsesión hacia él enfermiza y peligrosa...

¿Ya la recordaron? Muy bien. Estas locazas sí existen, así que tengan cuidado, marinovios. Lo sé por la experiencia de dos amigos míos (cuyas trampas calzaron perfecto) y además también en carne propia por mi aproximación a una que caaaaaaaaasi se convierte en un problema para mí, pero felizmente sacó a relucir su verdadera personalidad a tiempo y no llegué a involucrarme en lo más mínimo con ella.

El concepto de "Castración Fílmica", en contraposición a la castración por mutilación y a la castración química, se me vino espontáneamente a la mente mientras comentaba el post "La Otra" del blog "Sueños y Cuentos" de nuestra amiga Princess, pero no puedo reclamar la autoría del mismo porque al realizar la búsqueda del concepto en Yahoo! encontré que el concepto había sido utilizado en una página el año pasado, aunque con otra connotación. Ya que los idiomas se encuentran en constante evolución, ensayaremos una nueva acepción:
Castración Fílmica: Dícese de la falta de deseo sexual ocasionada por una severa impresión o por un trauma del que es víctima un sujeto ante la visualización de una película o film que relata la ocurrencia de una experiencia extremadamente indeseable que el individuo asocia como una situación potencial en su propia vida.
Varias veces he tenido tanto las ganas como la oportunidad de serle infiel a mi actual marinovia, pero no las aproveché. En dos oportunidades me abstuve gracias a que vi la película antes mencionada. Santo remedio.

Me entró TAL PÁNICO

por la posibilidad de encontrarme en una situación similar por "tirar una canita al aire", que a los 45 minutos de película ya no quería volver a llamar a mi potencial "trampa" o sacada de vuelta.

La primera vez ocurrió de casualidad, pues es una de esas películas casi consideradas "clásicas" que repiten una y otra vez por cable. De hecho ya la había visto hace un huevo de años, pero ahora la ví con otros ojos. Les juro que no podía terminar de verla. Me volteaba a cada rato tapándome la cara como las mujeres en aquellas películas de terror donde le salpica sangre a la cámara. Carajo, terminé completamente alterado y con ganas de llorar luego de ver la película. Funcionó tan, pero tan bien, que en un momento de debilidad, cuando estuve dudando sobre sacarle la vuelta o no a mi flaca la segunda oportunidad, fui a alquilar dicha

panacea para la infidelidad

a Blockbuster con un amigo, y los dos, aparte de quedar curados sobre los "levantes de discoteca" o "one-night-stands", terminamos estando a punto de borrar los teléfonos de aquella pequeña agenda secreta que prácticamente todos los hombres tenemos para casos de emergencia. Resalto el "a punto" porque, como nosotros los visionarios del siglo XXI miramos las cosas siempre a largo plazo, consideramos más productivo intercambiarlas mutuamente y ponerlas a buen recaudo, resguardándolas de reacciones impulsivas que luego podríamos lamentar.
Si no me creen, alquilen la película, y si son tarados, métanse con una de esas locas que no los dejarán vivir en paz. No es exageración, harán todo lo que puedan por volver miserables su vidas una vez que quieran dejar de verlas. Si en algún momento se encuentran con uno de estos especímenes, que no les importe quedar como los patanes, los pendejos, los "hombre tenías que ser", los que usan a las mujeres y las desechan, y demás apelativos. Dejen de hablar en ese mismo instante, y

salgan corriendo.

7 comentarios:

Maryorie Nin dijo...

Wow, anoche iba hablando con un amigo sobre eso, ya que hace un tiempo cometió el error de "pegárselo" a una jevita que ahora no le ha dejado de molestar y acosar a pesar de que tiene novia y le ha puesto las cosas claras varias veces...

Anónimo dijo...

Así hay locas.

MamiBrujita dijo...

Cuidense de chicas asi porque son obsesivas y haran de todo por que sean de ella o de nadie mas. Tambien hay hombres asi, y por esa razon, por la posibilidad de que lo eche todo a perder, es que no me animo a ser infiel. No valdria la pena en estos momentos.

So dijo...

Primero gracias por la referencia. :)

Y si, siempre había pensado en el peligro que representan esos locos acosadores que si no les haces caso, te persiguen en las calles, te llaman a todas horas, sales a cualquier sitio y ahi están, espiando tu intimidad. Pero nunca me detuve a pensar que también existe cada loca!!

Ja! santo remedio, la proxima vez que vea a mi parejo con cara de sospechoso, alquilo la pelicula y la vemos juntos.

ADLE dijo...

felizmente algunos por naturaleza estamos vacunados.... "felizmente"

Herr Hauptmann dijo...

No he visto la película pero creo haber vivido lo mismo (como actor de reparto) no hace mucho, todo gracias a la ex-esposa de un amigo que lo acosa como no tienen ni idea.

Anónimo dijo...

Q feo q le seas fiel a tu novia x miedo y no xq la amas. Pobre chica, me da pena.